«El hábito y el monje» (Gema Bizcarrondo)
En este artículo Gema dice que las nuevas tecnologías están cambiando el lenguaje, y así es. Más que cambiar están (o estamos, pues nosotros somos los que lo utilizamos) «estropeándolo». El lenguaje se tiene que amoldar a las nuevas tecnologías, pero, ahora, está sufriendo uno de los cambios más importantes que ha sufrido. Por un lado están los anglicismos que menciona Gema y , por otro, la ortografía.
Hoy en día, gracias (o «desgracias») al ordenador y al teléfono móvil no nos preocupamos por la ortografía. En el caso del ordenador, si a la hora de hacer un trabajo utilizamos Microsoft Word, ya tenemos arreglado el problema de la ortografía; el mismo ordenador nos dice qué hemos escrito bien y qué mal, e incluso nos lo corrige. De esta manera, no aprendemos nada. En lo que a los teléfonos móviles se refiere, la historia es otra. No cuidamos para nada la ortografía. Queremos economizar todo lo posible y las vocales son totalmente «antieconómicas», por lo que prescindimos de ellas para crear mensajes «desvocalizados», ininteligibles (para muchos) y, por supuesto, ortograficamente incorrectos. A esto se suma el hecho de que cada vez leemos menos, pero éste es otro tema del que espero poder hablar en otra ocasión.
«El placer de mil palabras» (Joseba Abaitua)
Joseba nos pregunta en su artículo si nuestros hábitos de lectura cambiaran a causa de las nuevas tecnologías. La respuesta es afirmativa, y , como él mismo dice, gracias a internet, la información a la que podemos acceder hoy en día es mayor que la que podemos encontrar en los libros; además, gracias al hipertexto podemos explorar cuanto queramos.
Joseba diferencia tres formas diferentes de «palabra»: la hablada, la escrita y la digital ( «La palabra hablada, la escrita y la digital son tres modos de comunicación distintos, pero no excluyentes, que conviven y se complementan mutuamente»). Luego, explica cada una de ellas. Dice que la palabra digital no se lee, si no que se explora, para entender esto mejor, recoge las palabras de Jakob Nielsen, quién dice que a la hora de leer los contenidos de una página web no leemos todas las palabras que tenemos delante, sino las que más llaman nuestra atención.
Por otro lado, menciona la más antigua de las tres, la hablada, que ha sido indispensable para el ser humano. La más importante de la tres. Como dice Sebastian Serrano: «el contacto visual presencial, cara a cara, convierte la conversacion oral en la forma más placentera y efectiva de comunicación, y nos hace en definitiva más felices».
(De los artículos escritos por Gema Bizcarrondo y Joseba Abaitua en la revista Deusto.)